martes, enero 25, 2005

Fuckowski, memorias de un programador

Con tantos años buscando vida inteligente fuera de la Tierra, me congratula anunciaros que he encontrado vida inteligente dentro de nuestro planeta. Gracias a los compañeros de Escomposlinux he encontrado un weblog que destila calidad y realidad por los 4 costados.

Todos aquellos que trabajamos en el sector tecnológico hemos sufrido todo tipo de tropelías y anécdotas en nuestras empresas que sorprenderían al más pintado. Palabras como Management, consultor, sueldo, auditoría o proyecto nos vienen a la cabeza produciéndonos mareos, recordándonos que en un momento de nuestro pasado tuvimos la oportunidad de haber estudiado algo diferente a lo que nos ha conducido a lo que somos ahora. Y lo peor de todo es que nos recuerda que la desperdiciamos.

La vida del Informático es muy dura: la profesión está en sus peores horas, hasta el punto en que la gente cree que un Informático es alguien que arregla el Windows cuando se estropea. Y en consecuencia de esto, los sueldos y la manera de tratar a un profesional como el Informático se reduce a pagar y tratar al que arregla el Windows.

El Weblog FUCKOWSKI:: memorias de un programador nos traslada a la realidad del Informático de a pie, del que se pega el curro para que otros cuyos méritos tecnológicos se reducen a pulsar el botón de Power del ordenador se lleven las medallas. Nos muestra la realidad de muchas empresas españolas.

Os aconsejo encarecidamente que despleguéis la sección de relatos del menú de la izquierda y los leáis en orden cronológico (empezando por los de abajo): algunas historias os harán reir (prácticamente todas), y otras os harán daros cuenta de la realidad del mundo en que vivimos los profesionales de este mundillo (es el caso de "Alas de Barro"). Si eres Informático o trabajas en una empresa tecnológica apreciarás especialmente este weblog.

Muchas gracias, señor Fuckowski.


lunes, enero 03, 2005

Deportes de Patio de Ayer y Hoy

Esta es la primera entrada en este nuevo año 2005, de modo que aprovecho para felicitaros el nuevo año y desearos lo mejor.

Pero vayamos al grano: después de un 2004 que ha sido año de Olimpiadas, voy a hablaros de un deporte insigne y sobradamente conocido (en mi casa a la hora de comer): El RugbyCesto. Me estoy refiriendo al típico deporte de patio de colegio, deporte de nuestra niñez en el recreo del "cole".

El motivo para hablaros de este maravilloso deporte ha sido la lectura del comentario de esta semana de El Sentido de La Vida de GonzoTBA, que en esta ocasión trata sobre los deportes de riesgo celebrados en la casa de GonzoTBA. En mi caso voy a extender el comentario al deporte mayoritario en los 30 minutos de recreo en el lugar donde yo "estudiaba".

En el caso de mi colegio, el C.P. Jaime I de Mislata, el deporte estrella de la hora del almuerzo entre 1988 y 1992 era el RugbyCesto, del cual paso a detallaros todos los pormenores de las reglas y metodología de juego.

En primer lugar, toda la clase (bueno, sólo los machotes) baja en tropel al patio, ocupa la cancha de baloncesto (antes de que la tomen los de otras clases), abre los almuerzos y los devora. El objetivo de finalizar el bocadillo no es eliminar el hambre sino disponer de suficiente materia prima para la pelota: "papel de plata" (como llamábamos entonces al papel albal). Con las envolturas de todos los bocadillos se forma una pelota algo más grande que una bola de tenis. La formación de la bola de juego ha de ser metódica, y se inicia creando una pelota inicial pequeña por el método del aplastamiento de papel, para posteriormente hacerla crecer mediante el método cebolla inversa consistente en añadir capas y capas de papel de plata bien alisado. Los miles de años de conocimientos sobre pelotas de papel de plata aplicados en la creación de la misma nos servirán para dejarla como nueva cuando sufra las inclemencias del juego: simplemente quitamos la última capa de la pelota y ésta quedará como nueva para continuar con su uso.

Además, la creación de la "pelota de juego" se realiza bajo la desdichada mirada de los pobres ilusos que han traído para almorzar un bollicao de tal forma que, al no tener papel de plata para contribuir a la formación de la pelota, se joden y no juegan (literalmente). Anda que no eramos malos los niños por aquella época... xD

Una vez ya tenemos creada la bola, llega el turno de formar 2 equipos, por el humillante método (para algunos) de la selección natural (ejem): se eligen 2 capitanes (uno de cada equipo) y todos los candidatos a jugadores forman en línea delante de ellos. Es en este momento en el cual los 2 capitanes se van turnando para ir eligiendo los integrantes de sus equipos. Ni que decir tiene que ser elegido el primero o de los primeros es un insigne honor que viene a decir que eres mejor que tus compañeros, mientras que el pobre desdichado que queda en último lugar es "la mugre del mundo", "el recogepelotas del rugbycesto" o el "joder, ¿otra vez Menganito con nosotros?".

Pues bien, ya tenemos el campo de juego (una cancha de baloncesto), la pelota y los jugadores. Veamos las reglas: no hay reglas. Bueno, para ser más preciso, simplemente diré que es una mezcla entre el rugby y el baloncesto: obviamente la pelota no se puede botar, de modo que los jugadores la llevan en la mano, y pueden pasarla vía aerea a otro compañero, o tratar de hacer 2 ó 3 puntos en la canasta del equipo contrario. Claro que, los del equipo contrario no son mancos, y cuando un compañero te pasa la pelota y la recibes en tus manos, inmediatamente aparecen 2 ó 3 contrarios que se te echan encima palmeando tu mano, dándote patadas o directamente empujándote contra el suelo para robarte el balón.

Y, aunque parezca extraño, era un juego que tenía su atractivo: desmarques por los laterales del campo corriendo para recibir un pase aereo, esquivar la patada de un rival, girarse y lanzar a canasta para anotar 2 puntos era un momento de máxima emoción, viendo como la bola se eleva en el aire justo antes de que caiga sobre tí un contrario que volaba para tumbarte y evitar que lanzaras. Los cortes, la sangre por las caídas contra el duro asfalto, los hematomas... todo era parte del juego y nunca habían peleas por tales motivos: todo quedaba dentro de la cancha...

Además, había que contar con el factor público. No, no quiere decir que nadie nos animara, sino que estábamos en la hora del recreo, con lo cual el campo de baloncesto tenía también gente que no formaba parte del partido ... gente que pasaba por allí y que no había oído el ruido de la estampida de los jugadores de Rugbycesto en celo... esquivar a los transeuntes era parte del juego, y le añadía una diversión aleatoria al mismo.

A veces tardabamos demasiado en bajar a coger el campo, con lo cual alguna de las otras clases se nos podía adelantar y perdíamos nuestro derecho de jugar al rugbycesto. En ese caso teníamos que cambiar de juego y jugar al archiconocido "1 X 2" (uno equis dos), pero eso es una historia que dejo para otra ocasión ...