jueves, enero 18, 2007

El que decide o el que entiende.

Me ha hecho bastante gracia el comentario de un cliente, así que creo que merece la pena que no pase sin pena ni gloria por la historia del universo. Por eso, voy a contarlo en el noplog, que viene a ser como si no lo contara, pero al menos me reiré de nuevo al escribirlo...

Ayer tuvimos un problema en el trabajo provocado por un sistema antispam de un cliente que en lugar de descartar o rechazar los correos, devolvía un "Error temporal (421)" con lo que los correos que él rechazaba nos entraban a nosotros al darle el servicio de Cola de Correo Secundario. Y eso es malo, porque nos causa retrasos en las colas de entrega de correos.

Sea como fuere, incluso si no entiendes de qué estoy hablando, la cosa está en que cojo el teléfono y llamo al cliente.

Total, que llamo al contacto técnico que tengo definido para esa empresa, le explico el problema, y le indico el cambio que debe de realizar para arreglarlo. Como de técnicos está lleno el mundo y hay algunos que no saben ni encender el ordenador, le digo:

"No sé si eres la persona adecuada para comentarle este problema, y si comprendes como funciona esto del DNS y los MX del correo".

El hombre, con suficientes conocimientos técnicos para saber lo que le estaba diciendo, me responde:

"Sí, sí, si yo entiendo perfectamente lo que me dices, pero no tengo autorizacion para decidir si realizar ese cambio o no. Te voy a pasar con mi jefe, que él sí tiene la autorización para decidirlo, aunque en su caso no entenderá nada de lo que estás diciendo."

Real como la vida misma, tenía que elegir entre el que entiende pero no decide, y el que decide pero no entiende.

Como curiosidad, decir que ya han pasado 2 días y todavía no han cambiado la configuración que deben de cambiar, por lo que hemos procedido a cortar el servicio que le estamos dando hasta que lo corrijan.

2 comentarios:

falvarez dijo...

Real como la vida misma...

Anónimo dijo...

Es triste que sea tan real...

A ver si dejamos de ser el último eslabón y se nos reconoce de verdad (almenos económicamente) todo lo que sabemos...